Israel Chira: “No es posible vivir sin escribir ni leer porque es una necesidad“

El escritor habló con Nuevo Día en contexto de lo que fue el día del escritor el pasado domingo 13 de junio. En tanto hizo un repaso por la literatura con relación a su historia en un recorrido donde anunció su próxima obra “Ficción y Peste”

Israel Chira es un escritor peruano que desde hace 5 años radica en nuestra localidad y que es columinista de este medio con su columna “Nota al Día”, habló en contexto del Día del Escritor que fue el último domingo 13 de junio, donde ahondó en los orígenes de su enamoramiento por la literatura, sus obras y proyectos a futuro.

Aquí la entrevista con el artista:

– ¿Cómo nace ese amor por la literatura, que hoy te llevó a dónde estás?

– Esto fue un llamado hacía a libros, que implica mucho leer como escribir y además corregir, que son las tres palabras claves para cualquier escritor.

En mi caso, creo que este llamado comenzó muy tempranamente desde la época escolar, donde la adolescencia escribía las canciones de mi banda de rock y decidí en ese momento estudiar la carrera de literatura, es decir, tener una formación académica en el ámbito literario a los 19 años.

En ese momento tenía dos opciones, en primera instancia estudiar derecho como quería mi padre o estudiar algo que realmente me llamara desde adentro o me apasionara y en ese momento, tomé la decisión de la literatura, porque no había nada más importante que leer.  A la par de estudiar, me fui formando como escritor porque una cosa es la carrera profesional técnica y otra es formarte como escritor de forma independiente.

En ese transcurso mientras estudiaba, hacía el año 2001, la caída de las torres gemelas en New York me impactó profundamente y desde ese día, 1 de septiembre, mientras me iba a la Universidad escribí en un boleto de colectivo un poema que se titularía después como “once”. En ese momento creo que empezaba mi desacuerdo con la violencia del mundo, siendo que justamente ese poema hablaba de la caída de las torres, que van en paralelo con la decadencia de nuestra civilización occidental en ese encuentro con la civilización oriental, lo que marcó un choque entre dos mundos.

Entonces en definitiva sin querer hacerlo, fue ahí cuando comencé a escribir un libro, que completó 11 poemas de una primera sección, un poema largo de la segunda y cinco poemas en el final, para un libro que se llamó “Pequeña suite para imágenes terminales”. El mismo lo envié a un concurso, porque no tenía dinero para publicar, el libro ganó el concurso de una revista literaria de la universidad y me lo publicaron.

Después en el año 2004 público mi primer libro, donde me convenzo a mí mismo que mi vocación, la voz interior que me llamaba y mi elección posterior ofrecieron un gran resultado, siendo el camino que tenía que seguir. Como decía Walsh “Comprometerme a dar testimonio en tiempos difíciles”, desde entonces para mí la literatura es mi visión del mundo, con mi desacuerdo del mundo violento y dando el testimonio del tiempo que me ha tocado vivir.

– Se puede decir que ese es el momento donde te das cuenta que era un escritor ¿verdad?

– Es un momento en el que escuchas esa voz, siempre tuve el gusto cultural porque siempre visitaba salas, iba a conciertos de música sinfónica o de cámara, en tal sentido me llamaba mucho el arte. Por eso hay que tomar en algún momento la decisión, yo tomé la de escribir en el año 2001, luego en el año 2004 terminé ese libro y fue ahí cuando supe que ya había empezado una trayectoria como escritor.

Desde la publicación de ese libro había un hito importante, pero yo había empezado a escribir con responsabilidad desde el 2001 en adelante. Esa mencionada responsabilidad no la debe perder ningún escritor, aun cuando no haya un compromiso, teniendo en cuenta que un escritor como cualquier otro intelectual o artista de otros campos, puede hacerlo con causas.

En mi caso yo asumo la responsabilidad porque así lo genera ser artista de las palabras, ya que estas no son inocentes y tiene un gran poder. Por eso se han quemado libros, fueron fusilados  y desterrados escritores, que termina siendo una historia que las palabras tienen un poder y en consecuencia hay que tener una responsabilidad como escritor.

He tenido una trayectoria de una familia que ha pasado muchas necesidades y a su vez ha sufrido las consecuencias de las grandes transformaciones sociales como fueron los cambios de modelos económicos en mi país. Por lo tanto, habló de la experiencia.

– Tanto la carrera académica de Literatura como el ser escritor ha sido muy castigado a lo largo del tiempo. Se podría decir que el amor por las múltiples profesiones hace que uno pueda continuar el camino que se propuso ¿No?

– Claramente es así, hay que tomar decisiones y justamente hablando del ámbito académico, particularmente de la profesión de Licenciado de Letras, estoy a la espera de la convalidación de mi título en Perú, mediante a la Universidad Nacional de La Plata.

Ahora el tema de las carreras profesionales están en una posición de inferioridad con relación a las ciencias exactas o aplicadas porque el sistema mundo en el que vivimos, se busca el máximo de beneficio, mayor eficiencia y rentabilidad, por lo que todas las carreras que no sean “útiles” para este sistema mundo, quedan siempre relegadas, con bajos salarios y menos puestos de trabajo.

Al hablar como escritor, puedo decir que la posición nuestra, que no es la del profesional académico, sino que depende del público de lectores que se va ir haciendo y de que en realidad la imagen del mismo es muy marginal desde finales del siglo XIX.

Muchas veces sus pensamientos, subjetividad circula principalmente sobre los libros, por lo que va a depender del mercado de esté y en una economía de libre mercado, los libros son caros, mientras que la circulación de las ideas a veces según el tipo de mercado, país o la época, es escasas porque se bloquea por encarecimiento del libro.

Todo esto hace que estemos prácticamente en los márgenes de la opinión pública, donde hay que  esperar el día del escritor para que nos den nuestra oportunidad de ofrecer nuestro pensamiento, hablar de nuestra obra o libro, que se traduce en una o dos veces al año. En sentido hay que tener una gran fuerza de voluntad, pasión desbordante para decir “quiero ser escritor en mundo como este”.

Alguna vez me hice la pregunta si era posible vivir sin escribir ni leer. La respuesta fue no y desde entonces escribir y leer es una necesidad. Así que busque una carrera universitaria para poder hacerlo y así recibir un salario, aunque sea irrisorio, pero que me permita hacer lo que me gusta ganándome el pan de cada día.

“Los escritores no tenemos nada que ofrecer excepto nuestra visión del mundo”. Israel Chira.   

– ¿Cuál es la relación que hay entre Argentina, la literatura e Israel Chira?      

– Podría explicarlo de esta manera. Tuve tres razones muy poderosas para exiliarme en la Argentina. La primer de ellas fue mi descuerdo con las políticas neoliberales del Perú de casi treinta años de vigencia, que han empobrecido, precarizado la vida social, económica social de las grandes mayorías y un pequeño grupo se ha enriquecido con ese modelo, donde las consecuencias estallaron la vista con la pandemia porque nunca tuvimos un sistema de salud digno y con la educación pública más precaria del continente. Como profesor no podía tener acceso a los servicios básicos, a una vivienda, transporte y como a mí no me gusta morirme de hambre, ni preso, tomé la decisión de salir de mi país.

La segunda razón poderosa fue el amor por una Argentina, ya que me enamoré de este país, que residía en Coronel Suárez, llegando este amor desde internet y lo retraté en una novela en clave de ficción, que cuenta justamente una relación intercultural entre un poeta peruano y una niñera argentina  llamada “E-love”, que la publique en el año 2019 en Argentina con la editorial “Tinta Libre”.

La tercera razón muy importante es que Argentina tiene una cultura fulgurante a lo largo del siglo 20, siendo la ciudad de Buenos Aires un lugar con calles larguísimas dedicadas a la cultura, tiene la hermosa biblioteca como “ateneo”, cuenta con grandes editoriales importantísimas que revaloraron a autores peruanos como Cesar Vallejo, que en nuestro país no tenían ninguna posibilidad de publicar y en el caso de hacerlo no tendría un público porque mi país ha tenido un bajo fomento de la cultura.

Está ultima razón hizo que un escritor como yo, de Latinoamérica, viniera a la Argentina porque está la mayor cantidad de lectores y es por eso que tiene escritores brillantes como Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Ricardo Arlt, siendo que en mi próximo libro “Ficción y Peste”  los voy a nombrar y que estoy trabajando para que en los próximos dos meses pueda publicarlo.

Esta será la portada de la próxima entrega del escritor Israel Chira, llamada “Ficción y Peste”

– Justamente tu próximo libro tiene grandes reflexiones de la literatura Argentina, ¿De qué se trata?

– Este mismo aborda la importancia de las ficciones en tiempo de pandemia o catástrofe como una herramienta importante, poderosa y tan útil como los discursos científicos para acercarnos a la realidad, siendo así para contarnos verdades más verdaderas que otros discursos que son de otros campos muchas veces nos cuentan otras historias por interés propios.

El tipo de libro de esto me dice verdades más verdaderas que las salen publicadas en la televisión porque prefiero enterarme de la peste leyendo “el amor en los tiempos de cólera” de Gabriel García Márquez, siendo una defensa de la ficción y entonces así analizó ficciones como de Cortazar, el Martin Fierro o Jorge Luis Bordes, que son mis primeras aproximación a la cultura Argentina y es una manera de devolverle tanta amistad con los inmigrantes.

– ¿Cómo es tu actividad en la ciudad?

-En principio, resaltar que siempre voy a estar agradecido a este país que medio la posibilidad de ejercer la literatura por 5 años de manera amplia, pese a que tengo un acceso muy restringido y marginal a algunas horas de emergencia, pero cuando convaliden mi título, que se va cumplir cinco años de que la pedí y donde cumplí con todas mis obligaciones tanto económicas como educativas, que me dejará la Licenciatura en Letras.

Además de dar las dos cátedras que tengo en el Instituto 48, para poner tener un salario ofrezco talleres de escritura, en este caso virtuales porque por la pandemia se suspendieron las clases presenciales que daban como profesor del Municipio en los talleres.

Entonces estoy como todos los escritores tratando de ganar mi sustento, pero no así mi libertad de expresión porque el secreto es que tenemos una mayor libertad que otros profesionales en otro campo porque no dependemos de una Institución por lo que tenemos una genuina libertad de expresión y por eso podemos decir lo que queramos.

– Por último ¿Qué te gustaría dejarle a Literatura?

– Me comprometí a dejar mi legado, mi gran paso por el mundo porque la vida de uno no es nada comparado con tantas vidas y la trayectoria de este mundo en solitario. Mi breve paso por el mundo quiere dejar un testimonio y un legado que es mi obra literaria y mis textos.

De esta manera creo que contribuyo a la sensibilización de un mundo que  a lo largo de la historia tiene tantos avances como retrocesos. Por lo que creo que en mi posición como escritor, los cuales somos pocos por nuestra posición marginal y la mayoría de nosotros escribimos en la necesidad, siendo que no tenemos nada que ofrecer excepto nuestra visión del mundo y lo decimos buscando emocionar con nuestra obra, más allá de la aceptación institucional.

Nosotros dejamos textos que pueden ser incorporados a ese gran tesoro que textos que son patrimonios de una lengua o época que se llama literatura, que ayuda a sensibilizar a las personas.

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