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Home Deportes Elisabeth Minnig: “Cuando era joven quise jugar al fútbol y hoy tomo conciencia de que lo logré”

Elisabeth Minnig: “Cuando era joven quise jugar al fútbol y hoy tomo conciencia de que lo logré”

Elisabeth Minnig: “Cuando era joven quise jugar al fútbol y hoy tomo conciencia de que lo logré”
La arquera suarense, quien vistió la camiseta de Boca Juniors como la Selección Argentina, cerró definitivamente su etapa como jugadora hace un año y sueña con ser entrenadora de arqueras. En una extensa charla con Nuevo Día habló de todo lo vivido.

Por Marcelo Riega – De Nuevo Día

El fútbol femenino ha crecido alrededor del país de una forma maravillosa y hasta se puede decir que en cualquier parte del mundo ya es natural ver a una mujer con un balón bajo su pie.

Los prejuicios han sido muy grandes, ya que el fútbol siempre fue denominado de una forma errónea que es un deporte para hombres, pero personas como Elisabeth Minnig fueron las que tomaron la posta para dejar ese comentario machista de lado. La suarense, quien se destacó de joven, está a pocos días de cumplir un año del retiro y dialogó con Nuevo Día sobre todo lo que le costó llegar a sus sueños, Boca, la Selección Argentina y más.

SUS INICIOS

El fútbol siempre fue difícil, más saliendo de Santa María y siendo mujer. En principio con una amiga consulté en el pueblo, pero no querían con la excusa de que el fútbol no era para mujeres. Entonces caímos en Boca Juniors donde estaba Eduardo Frank. Nos enteramos de casualidad. Imagínate tenía 9 años, en esos tiempos no había redes sociales ni nada parecido, mi familia me apoyó y le di para adelante.

¿Por qué el fútbol?

Haberme criado entre cuatro hermanos, era la más chiquita,  el más grande (Facundo) jugaba en El Progre, lo veía siempre y lo admiraba. Pero en realidad me gustó justamente por jugar con él, como con los amigos. Creo que el amor por el fútbol viene por la familia, siempre fui hincha fanática de Boca, entonces donde iba él yo estaba atrás.

Ficha personal 
Elisabeth Minnig nació el 6 de enero de 1987 en Coronel Suárez. Actualmente es una futbolista retirada. Se desempeñó como arquera en Boca Juniors de la Primera División Femenina entre 2011 y 2019 ganando seis títulos en dicho período. También vistió la camiseta de la Selección Argentina. En el Sub-20 participó en la Copa Mundial de 2006 y como jugadora en la mayor integró los planteles que participaron en la Copa Mundial de 2007 y la Copa América de 2014.
Selección Nacional

La llegada de Elisabeth a la selección fue algo totalmente difícil de imaginar, porque una jugadora que nunca participó de ningún equipo y que sólo entrenó, es difícil imaginársela representando a su país. “En octubre de 2005 con Eduardo y tres chicas más de Suárez, fuimos a Buenos Aires con un combinado para hacer un amistoso con la selección femenina. Entonces el partido se dio en el predio de la AFA, donde me quedé sorprendida porque había arcos grandes. Nunca había atajado en uno de esos, y cuando termina el partido, se acerca el entrenador de ese momento y que hoy sigue en su cargo, Carlos Borrello, nos dice a mí y a la Rusa Beratz que la próxima semana vayamos a entrenar”.

La selección de fútbol femenino de la Argentina, de la que forma parte la suarense Elisabeth Minnig, obtuvo la medalla de oro en los Juegos Odesur 2014

A partir de ahí arrancó su travesía en la selección en el 2005 y recién llegó a Boca en el 2011, pero eso si con mucho sacrificio. “Hubo muchos años que iba y venía de Buenos Aires a la Colonia para ir a jugar o entrenar por algún tiempo, donde en realidad el fútbol femenino siempre fue así en esos tiempos y hoy me siento contenta de algún modo porque las chicas no tengan que pasar eso. Éramos veinte preseleccionadas donde quince fuimos del interior y todas las semanas íbamos a entrenar. Era una locura, pero lo hacíamos por pasión. Por suerte a las que teníamos que viajar nos pagaban los viáticos, nos daban un hotel en Belgrano donde el micro después nos juntaba e íbamos a jugar.

Al no tener ningún club a Elisabeth siempre le costó mantener un ritmo porque solo entrenaba y por ahí en algún momento tenía algún amistoso, pero siempre destacó que lo que la llevó hasta donde llegó fue su pasión y amor propio. “La adaptación fue dura, pero lo tuve que asimilar rápido porque ese octubre que llegué a entrenar, ya en enero del 2006 tuvimos el Sudamericano en Chile, había una sola arquera de Mar del Plata, entonces me llevaron a mí y tuve la suerte de atajar en esa posibilidad que se me dio. Entonces se podría de decir que tan mal no me fue con el nuevo arco” expresó.

Además destacó que no tuvo ni tiempo de aprender y tuvo la posibilidad de jugar un Mundial Sub-20. “Se sabe que es un puesto difícil el del arquero, pero por suerte nos fue bien en general ese torneo clasificando segundas y clasificando al Mundial Sub-20 en Rusia que también después lo atajé. Imagínate que en esos momentos era distinto, teníamos un entrenador que nos ayudaba pero no era especifico de arquero y luego con el paso del tiempo llegó uno, por eso fuimos aprendiendo mucho nosotras solas, recién pude mejorar o ver los cambios a gran escala cuando llegué a Boca”.

– ¿Te imaginabas llegar de esa forma a la selección?

– Son momentos únicos e inigualables, porque fueron sueños hechos realidad. En su momento era chica, me preguntabas qué quería hacer y siempre repetía que mi camino era jugar al fútbol. También pienso que el hecho que salgan las cosas tan bien fue por el apoyo de mi familia porque me ayudaron a nunca bajar los brazos en un deporte que siempre estuvo lleno de prejuicios y siguen estando, pero hoy ya la cabeza está más abierta que en su momento. Por suerte nunca me importó lo que dijeron y menos que menos si era algo para agraviarme.

Minnig juntó a los arqueros de Primera división masculina, Marcos Díaz y Esteban Andrada
BOCA

Tras idas y vueltas para cumplir con la selección, había llegado el momento para Minning de asentarse y apareció Boca en su camino. “Llegué en el 2011, aprendí muchas cosas, es mi segunda casa, lo que pasé ahí fueron momentos increíbles porque tuve la suerte de llegar al club del cual uno es hincha como también tener la posibilidad de ser capitán es lo mejor que me pudo pasar. Además son cosas que te marcan y ahí uno se da cuenta de que está yendo por buen camino porque si te eligen tus compañeras como capitana, debe ser por estar haciendo las cosas bien. Creo que eso fue gracias a que nunca me subí al caballo ni nada por el estilo, aunque también pienso que tuve suerte y no tomo dimensión de todo lo que logré”.

Elisabeth tuvo la suerte y el placer de ser parte del equipo xeneize que debutó en la Bombonera. “La verdad nunca lo creí posible, pero pasó y ninguna de las chicas tampoco se lo imaginaron porque en esa fecha nos imaginábamos en Marruecos con una gira que teníamos programada para jugar unos partidos por el Día de la Mujer. Dos días antes nos avisan que no viajábamos y que jugábamos en la Bombonera”.

Además agregó: “La verdad fue increíble, no sé si fue un sueño hecho realidad pero es uno de los mejores momentos de mi vida. Es más, tengo un cuadro saliendo a la cancha y es fantástico. Tuve la suerte de que mi pareja, hermano, sobrinos me pudieron acompañar, mis viejos no pudieron asistir pero siempre estuvieron conmigo. Aunque la Bombonera no estaba llena, fue un momento único, también tuve la suerte de contar con la Peña Dale Boca que me fue apoyar porque hablaba siempre con Tati Lomartiro, así que es lindo que tu pueblo te vaya a apoyar. Fue una experiencia inigualable. El segundo tiempo estaba toda la cancha llena porque después los chicos jugaban con San Lorenzo, pero el recibimiento como el grito de la gente fue único”.

Tras el retiro de Mosca, se le hizo un reconocimiento en la mismísima Bombonera

– Tras el cambio de dirigencia en Boca ¿Crees que puede afectar de forma  negativa o positiva al fútbol femenino?

– Ni bien terminaron las elecciones, Cascini se presentó a los entrenamientos para avisarnos que se iban a poner al día con la renovación de los contratos, ya que, todos los que se firmaron en su momento fueron por un año y se vencían en junio. La idea de ellos fue charlar rápidamente para mantener a todas las jugadoras.

Los veo por buen camino, no se metieron con el fútbol femenino, nos siguen apoyando. Es más, ahora nos toca jugar en cancha 1 que es donde entrenaba la primera masculina, ya que se fueron al predio de Ezeiza. Entonces nos dejaron la posibilidad de seguir entrenando en Casa Amarilla. Creo que si le meten más inversiones a este proyecto pueden llegar a estar mejor.

Un poco de todo
  • ¿Te gustaría tener hoy 20 años para disfrutar el futbol más profesional?
  • Si hoy seria joven me encantaría. Veo que las chicas que llegan ahora tienen más posibilidades que las vean, las cabezas están más abiertas que las mujeres pueden jugar al fútbol. Con 20 años me encantaría jugar en este momento y transitaría el mismo camino que hice, por eso siempre voy a estar agradecida a Eduardo que me llevó a donde fui para cumplir un sueño.

  • ¿Nunca tuviste la chance o te hubiese gustado jugar en el exterior?
  • Nunca se me presentó, excepto una sola vez que fue en 2017 para ir a jugar a Israel, pero la verdad elegí quedarme en Boca para seguir jugando acá porque no me llamó mucho la atención. Hoy en día después del Mundial de 2019, se dio más la oportunidad de que jugadoras argentinas tengan la posibilidad de emigrar, aunque tiene su dificultad porque tenes que tener un buen representante o saber vender. Por la experiencia me hubiese gustado, pero no fue un deseo. En el 2018 tuve la chance de ir a España a ver entrenamientos y me quise quedar porque me encantó, pero como dije no me arrepiento, lo que pasó tuvo que pasar así.
  • ¿Crees que un día se van a equiparar el fútbol femenino y el masculino?
  • No lo sé. Ojalá las chicas puedan ganar lo mismo que los hombres pero como el femenino no genera ingresos, no se podría sostener. En el caso de Boca, hacen las cosas bien porque tienen a todas sus jugadoras con contratos pero ellos no tienen ingresos, creo que sería diferente si esto traería algún sponsor o se cobraría entrada. Lo importante sería que esta movida no sea solo para el socio, porque nos pasó la primera fecha con River del femenino en la Bombonera que fue solo para socios y la gente que nos va a ver jugar, generalmente no son socios, si no la gente del barrio, familiares nuestros o personas que realmente les interesa el fútbol femenino. Entonces hasta que ellos no vean la disciplina como ganancia o lo piensen como una inversión a futuro, lo cual creo a futuro va a mover plata, estaríamos hablando de otra cosa.
  • ¿Por qué te dicen Mosca?
  • Porque cuando fuimos a jugar unos amistoso a Beijing con la selección mayor, me tocó compartir habitación con Eva González que somos muy amigas y por consiguiente, yo arquera y ella defensora, también compañeras dentro del campo de juego. Entonces dentro de China no podíamos salir a ningún lado y el hotel era gigante, entonces veíamos todo el tiempo la Serie Mosca y Smith, por eso me quedó Mosca y no por volar de palo a palo como pensó mucha gente, sino que al estar aburridas recorrimos todo el hotel y fueron las formas de pasar el tiempo.

  • Con la tendencia que se ha armado que los arqueros deben ser altos ¿Tu metro setenta te ha traído algún problema para atajar?
  • Creo que eso podría importar en el masculino más que en el femenino porque en nuestra disciplina si encontras una arquera podríamos hacer una fiesta, porque la verdad que hay muy pocas arqueras buenas que tengan entrenadores y estén bien físicamente. Por ejemplo cuando yo era joven atajábamos en arcos chicos, generalmente jugaba en el medio del campo y cuando se ponía difícil recién iba al arco, pero realmente la primera vez que me paré en el arco grande fue cuando me fui a probar a la selección. Entonces pasé de un arquito a uno de dos metros y más a atajar contra la selección.
  • ¿Qué significó jugar un superclásico?
  • También es algo increíble. Por suerte tuve la posibilidad de en toda mi carrera perder solo un clásico que fue justo el último y jugamos horrible, es decir, todo lo que teníamos que hacer mal, lo hicimos. En definitiva los clásicos son un torneo aparte, porque por más de que no salgas campeón, si ganabas ese partido no te queda un sabor tan amargo. Son partidos chivos y competitivos.
  • ¿Te tocó vivir momentos difíciles por el fútbol?
  • La verdad nunca me tocó resignar nada, más que nada por la forma mía de ser que me gusta disfrutar y darme el gusto de todo. Por ahí lo que si me pasó, de falta a cumpleaños de la familia pero después nada importante.
  • Vi que pudiste conocer a los arqueros de primera masculino ¿Cómo fue la experiencia?
  • La verdad que fue por prensa. No los vi entrenar pero llegué temprano cuando ellos habían terminado y la experiencia fue muy linda (no lo imaginaba de esa manera), Marcos Díaz muy simpático, Andrada por ahí era más tímido pero los dos me sorprendieron porque son personas súper simples, me regalaron una camiseta firmada, pero lo más lindo que me llevo es que me preguntaron por el femenino como también porque me retiraba tan joven, me dieron la impresión de estar interesados o querer estar al tanto.
  • Imagino que es lindo que haya habido torneos de fútbol femenino con tu nombre en la ciudad ¿No?
  • La idea me encantó, pero cuando Tati Lomartiro me lo dijo y mi respuesta instantánea fue ver si estaba seguro de lo que iba a ser. La verdad fue increíble, el día de la inauguración estaba hasta el intendente y recién ahí tomé en cuenta la magnitud que tenía que algo así llevara mi nombre. Después a medida que pasaron los años, la organización fue muy buena y se fueron sumando más equipos, por eso esto fue algo me llenó el alma. Ojalá se podría volver hacer, no importa que nombre se le ponga porque el fútbol femenino tiene que estar en Suárez, ya que hay muchas chicas y en definitiva, porque siempre lo estuvo tanto cuando yo arranqué lo había, como ahora que pasaron quince años debería haber muchos más.
La cábala superclásica 
En los últimos diez años River sólo pudo ganarle un clásico a Boca y Elisabeth infló el pecho. “Desde que empecé a jugar perdí solo una vez con River, siempre antes que arrancara el partido decía “Nunca perdí un clásico y hoy no va a ser el primero”, por ahí en el momento parecía tonto pero no habíamos perdido contra ellas. Pero el último clásico que caímos 3 a 1, nunca me voy a olvidar que a pesar de que jugamos horrible, cuando estábamos por salir a la cancha me olvidé de decir el lema que venía sosteniendo hace años y perdimos. Es una boludez, pero cuando terminó el partido me quería matar. Habían pasado diez años que no nos ganaban. Ahora que ya estoy retirada, ya le pasé la tarea a la capitana y esperamos que siga sirviendo. Ja ja.”

La vida fuera del fútbol

– Ya hace un año que te retiraste ¿Cómo fue ese momento? ¿Crees que fue algo pronto por tener solo 32 años?

– La decisión en Boca la tomé por un tema de la familia, ya que mis viejos están grandes, mis sobrinos van creciendo y se extraña tener los momentos en Santa María. Ya había pasado un momento que solo podía ir una vez por mes y a lo último no podía moverme, por eso di un punto final. Todo lo que viví lo súper aproveché. Hasta llego un punto que no caigo, fui a un Mundial Sub-20, uno con selección mayor, jugué sudamericanos y tuve la chance de vestir la camiseta que amo, así que más no podía pedir. Me cansé de no tener la libertad de decidir por mí, pero lo bueno fue que todas mis amigas vinieron, mi pareja me organizó una fiesta y ahí me di cuenta de toda la gente que me quiere. Si bien no me cansé, necesitaba encontrar algo que me llene más, como lo que fue entrenar a las arqueras en este año porque me gustaba más observar cosas de mi entrenador que por ahí estar una atajando.

– Con la rica carrera que hiciste ¿Te quedó algún sueño pendiente?

– Creo que hice todo lo podía desear cualquier cosa, por ahí me hubiese gustado retirarme siendo campeona con Boca, pero no se dio. Igual fue el único sabor amargo que tuve el hecho de no poder salir campeona en los últimos tres campeonatos. Me entregaron una plaqueta enfrente de todo el pueblo de Boca, no hay nada más lindo que eso.

El fútbol femenino debe estar fuera de cualquier prejuicio 
Sin dejar de lado todo lo que tuvo que pasar y a pesar de no haber sufrido prejuicios que la marcaran Elisabeth dejó una reflexión sobre el tema. “Lo que hace hoy al fútbol femenino es la difusión y las redes sociales, porque eso es lo que hace crecer el fútbol. Hoy los prejuicios ya no existen o deberían dejar de existir porque en cada lugar del mundo hay un chica pateando una pelota, donde hoy lo primordial es que los padres venzan con eso prejuicios de que los deportes se practican en determinados sexos y el que no lo quiera entenderlo, va a tener que respetarlo les guste o no.
Ahora estamos hablando de fútbol, pero también pasó en el hockey masculino que había muchas críticas, hasta Los Leones que empezaron triunfar y ahí dijeron “mirá los hombres también pueden jugar al hockey””. 

-¿Cómo te ha encontrado este tiempo de cuarentena?

– Por suerte estoy bastante bien, relajada, haciendo las cosas de la casa, en el verano si bien tuve vacaciones estoy haciendo una casa en Santa María, por eso estuve todo los días trabajando y ahora estoy aprovechando para descansar.

Estoy con ganas de estar en la colonia, disfrutar de los amigos y la tranquilidad que hay allá.

La profesionalización del fútbol femenino  

Elisabeth fue parte de la nómina de chicas que estuvo presente el día que el presidente de la AFA, Chiqui Tapia, y Sergio Marchi, Secretario General de Futbolistas Agremiados tomaron la importante decisión.
Elisabeth junto a Tapia y Marchi, el día que se hizo profesional el fútbol femenino.

El sábado 16 de marzo del 2019 sucedió un hecho histórico, donde la AFA junto a los clubes decidieron profesionalizar el fútbol femenino. Para esto Minnig destacó lo importante, pero también mostró su enojo.  “Cuando se dio todo esto, yo decía todo muy lindo pero no podía entender que solo ocho iban a tener contrato de alrededor de 20 mil cada uno; primero con esa plata se sabe que por lo menos en Capital no se puede vivir y después son solo ocho, cuando el plantel profesional son 30 jugadoras. Entonces como compañera te planteas qué hacer con el resto de las chicas, porque siempre decían que por algo se empezaba pero lo que nosotras planteábamos era una forma de mejorar todas y en este caso, aparecían los recelos naturales, como que solo vayan a entrenar las que cobren o traían discusiones en los vestuarios. Por eso la idea siempre va a ser, pelear por la unidad de todos los clubes y no solo por nosotras”.

Ya con el buzo del retiró marcó la diferencia que hay de épocas. “Me pasó que a diferencia de cuando fui joven, las chicas tenían todo lo que tienen que tener para jugar, pero siempre pedían más y yo siendo la capitana, me pedían que traslade todos los pedidos. Al principio no hubo problemas. Hasta que un día me cansé de dar la cara y llegó el momento que les dije “tampoco te voy a estar pidiendo las medias o que te las laven”, en pocas palabras, me dio la sensación que nunca vamos a estar conformes, porque en todo momento se entra en la comparación con lo que tiene el fútbol masculino y nosotras no.

No llegábamos a disfrutar un conjunto nuevo de camisetas que ya queríamos más, pero bueno como ya mencioné, a lo que había en la época que me tocó empezar a jugar, esto era ideal” destacó.

Elisabeth marcó el camino. “Creo que la lucha contra la igualdad primero tendría que ser en que todas las jugadoras de Primera división, para que tengan los mismos beneficios, ya que la diferencia en esta disciplina la marcan solo tres equipos, lo cuales pueden bancar todo. En el caso de Excursionistas, en el último partido que jugaron con Boca, la capitana salió a decir que no tenían predio para entrenar, no tienen la ropa, no les pagan y entonces hay muchas diferencias entre los equipos de la misma división”.

Además agregó: “Por eso pienso que tenemos que luchar por todas, porque si solo tres clubes pueden pagarle a las treinta jugadoras y después deja que haya quince equipos que no tengan predio para entrenar marca que algo no está bien. Si queremos que esto mejore hay que pelear por todas, porque si no vamos a salir campeonas siempre los mismos equipos. Por eso hay que equiparar para que la mayoría de los clubes cumplan con los elementos esenciales para la competencia como el entrenamiento”.

El día que Elisabeth renunció a un Mundial 

Mosca decidió bajarse de la selección para luchar contra la injusticia y ser fiel a sus principios.

Las injusticias existen en la vida, pero siempre están en el fútbol porque hace rato dejó de ser un deporte para transformarse en un negocio. Entonces en el 2018, un día previo a viajar a Chile para asistir a un Sudamericano fue cuando Minnig dijo basta. “Eran las ocho de la noche y nos íbamos al otro día a las siete de la mañana. Lo que pasaba era que muchas jugadoras jugaban tanto al fútbol como al futsal, porque cobraban de ambos deportes. Entonces la capitana tenía que jugar la final de la Copa Argentina de Futsal esa noche. Cuando comenzamos con la preparación al Sudamericano ella avisó que iba a jugar esa final, iba al hotel y luego viajaba con nosotras”.

En ese momento fue donde empezaron a separar y hacían elegir a las jugadoras entre las dos disciplinas, para de una forma separar los deportes y entonces “La capitana se puso de acuerdo para poder jugar el último partido con el futsal e ir al Sudamericano. Pero llegó el día de partido y veo que no está entrenando, me pongo contenta pensando que la estaban cuidando para el partido, luego llego al vestuario y veo que estaba llorando, me dice que le dijeron jugar la final o viajar al sudamericano cuando le habían prometido que podía hacer ambas. Fue ese instante cuando vi que se metieron con la persona que te cumple siempre, es donde dije no viajo y la acompañé a la final del futsal porque era mi amiga (aunque lo hubiese hecho por cualquiera)”.

A pesar de estar a meses de jugar un Mundial, Elisabeth se plantó. “Fue un momento difícil. Fue la gota que rebalsó el vaso. El año siguiente teníamos el Mundial y la verdad como soy no podía permitir eso, porque a mi edad nadie me iba a estar manejando la vida y menos el presidente del fútbol femenino. Por ahí nos quedamos con la espina de decirles algo más, ya que querían manejarte la vida. Un mes antes habíamos hecho un paro porque no nos pagaban y tampoco nos aumentaban.Aunque no lo crean ganábamos 150 pesos por día”.

Al ser consultada si alguna vez se arrepintió ella fue lapidaria. “Ese ritmo nos obligaba a trabajar todo el día, a la tarde ir a entrenar y luego llegaba a las 9 de la noche. Fue ahí donde vi que no tenía sentido, cuando pasó lo de mi compañera colapsé. Por eso preferí dar un paso al costado y no me arrepiento para nada, aunque me hayan llamado muchas veces para volver, pero fue una decisión definitiva”.

Además contó que la decisión la venía pensando hace tiempo y que la familia la ayudó a dar un paso al costado. “Dos semanas antes había hablado con mi papá, porque uno siempre quiere mantenerle la ilusión a la familia, él era un fanático mío. Cuando gané una medalla, él maneja un taxi y la paseaba para todos lados porque estaba orgulloso, quería mostrarles a todos quién era pero no me gustan esas cosas. Llegó el día que le dije que no me gustaban cosas y me sorprendió con la respuesta cuando me dijo “cuál va a ser el problema sino jugas más”. Por eso él fue un gran apoyo y me ayudó a tomar la decisión de salir del seleccionado”.

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