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El “Nene” Arce, un “grande” de las bochas

El “Nene” Arce, un “grande” de las bochas
Néstor Raúl Arce junto a su hijo Andrés, quien le siguió los pasos. En el patio de su domicilio particular, que ha sabido de muchas prácticas con las lisas y las rayadas.
Uno de los mejores punteros de la historia de este deporte, orgullo de Coronel Suárez, hizo un repaso a su extraordinaria carrera que incluye nueve títulos argentinos y –con la selección argentina– 4 sudamericanos. Además participó en tres Mundiales y obtuvo tres premios Olimpia de Plata.

Por Claudio Meier – De Nuevo Día

Es una gloria del deporte suarense. Un jugador de bochas que paseó su indiscutida calidad por toda la República Argentina y varios países del mundo. A lo largo de su carrera obtuvo 9 campeonatos argentinos (5 por parejas: 1979, 1988, 1990, 1991 y 1992, y los restantes por tríos: 1988, 1990, 1991 y 1992) y 4 campeonatos sudamericanos.

Néstor Raúl “Nene” Arce, además, representó al país en tres Mundiales (Suiza, Sudáfrica y Argentina) y en un certamen internacional en China. En cuanto a los galardones se destacan dos premios bonaerenses que le fueron entregados por el entonces gobernador Dr. Eduardo Duhalde, una Distinción de Honor en Coronel Suárez obsequiada por el recordado intendente Domingo Nicolás Moccero y un premio anual del Club Universitario de Bahía Blanca.

También estuvo ternado en cuatro ocasiones para los tradicionales premios Olimpia, que otorga el Círculo de Periodistas Deportivos de la Capital Federal, obteniéndolo en el rubro bochas los años 1988, 1990 y 1992.

Para hacer un repaso por su excelente trayectoria, Nuevo Día dialogó con el notable jugador, aún en actividad como representante del Centro Deportivo Sarmiento, uno de los mejores punteros de la historia bochófila del país.

  • ¿Cuándo empezaste a jugar a las bochas?
  • Tendría 7 u 8 años. Cuando yo nazco, mi padre compró la casa de calle Garibaldi, enfrente a Blanco y Negro. Papá era un asiduo concurrente al club. A veces iba a jugar al billar con Villaseca, un gran jugador de este deporte que hubo en esa época. Empezó a tomar entusiasmo con la subcomisión de bochas del club. En ese entonces había un canchero, don José Rehm, quien fue mi maestro.
  • ¿Él fue quien te enseñó los secretos de este deporte?
  • Muchos hablan de más adelante, de cuando yo me había hecho jugador. Pero el que verdaderamente me enseñó todos los secretos de las bochas fue él. En ese entonces en Blanco y Negro había una cancha de bochas y otra de bowling de palo alto (grande). Sería alrededor de 1964 o 1965. El auge del bowling desaparecía e hicieron otra cancha de bochas, lo cual hoy es la N° 2. A don José todos le decíamos “El cartero Rehm”. Me dejaba practicar en la cancha N° 1. Era muy celoso, la cuidaba mucho. Me dejaba arrimar y cuando veía que me cansaba me daba dos bochas para que vaya donde está la pileta cubierta ahora para tirar bochazos en el patio. Así empecé mi carrera.
  • ¿Cómo surgió el apodo de “Nene”?
  • En esa época la bocha era muy grande, de 1.350 kg. y 122 mm. de diámetro. Los chicos no la podían manejar. Yo era una excepción, porque con 12 años tenía prácticamente la altura de ahora. Jugaba mano a mano con los referentes de esos años (Santarossa, Bofarull, etc.) y les ganaba más seguido que ellos a mí.
  • ¿Es verdad que te negaban la posibilidad de ser seleccionado?
  • A los 14 años ya podría haber jugado en la selección de Suárez. Pero me tenían medio engañado. En esa época era toda gente grande la que jugaba y me decían que si no era mayor de 18 años no podía estar en la selección. Cuando tenía 16 años se hizo un campeonato Provincial en Pringles, al que fui con mi papá. Ahí conocí a un legendario presidente que tuvo la Federación de Bochas de la provincia, don Antonio Calequi, de Azul y humildemente le pregunté si había alguna prohibición. Me dijo que no, que simplemente no se daba que un chico pudiese jugar con tamaña bocha, pero que si tenía condiciones no había nada que lo prohíba. Cuando les dije acá se les complicó tenerme engañado. Y en 1972, con 16 años, jugué y gané con Rubén Carricajo el Zonal de Parejas.
  • ¿En qué club estabas en ese momento?
  • En Deportivo Sarmiento. Me fiché en 1968 y estuve en Blanco y Negro hasta 1972. No sé cómo, pero a través de “Pilo” Zaffora, quien era el puntero de la Primera albinegra, salió la oportunidad de Deportivo. Nos juntamos con Carricajo y ganamos el Oficial. En esos años entraban Círculo Católico de Obreros de Pigüé y los dos clubes de Huanguelén, Atlético y San Martín. Ganamos 22 partidos en forma consecutiva. Obtuvimos el Zonal y perdimos en el Provincial de Chivilcoy.
  • ¿Ese año también representaste a Suárez en el individual verdad?
  • Gané el Zonal (luego lo hice durante 6 o 7 años seguidos) y fui al Provincial de Mayores de Luján. En ese torneo me consagré subcampeón. Perdí la final con Atilio Facta, un muy buen jugador santafesino que representaba a San Nicolás. Ahí, con 16 años, le gané al mismísimo Colantonio, que jugaba para Tres Arroyos. A partir de ese momento se empezó a hablar de que había un pibe en Suárez. Y me quedó el “Nene” de Suárez.
  • ¿Cómo siguió tu carrera?
  • En Deportivo Sarmiento estuve hasta 1975. Los dos años siguientes los jugué en Boca. En 1978 volví a Blanco y Negro, en 1979 pasé a El Hinojo y en 1980 me fui a Atlético Saavedra. Fue por medio de “Toto” Segonds, quien tenía un campo cerca de aquella localidad. En el verano me invitó a un campeonato comercial muy grande y cuando me vieron, decidieron llevarme. Como trabajaba en la Cooperativa San Martín, no podía salir todos los sábados. Entonces mi viejo me dijo que si quería me enseñaba el oficio de tapicero. Gracias a Dios le hice caso. Renuncié a la Cooperativa y empecé allá, donde me pagaban para jugar. Juan Jorge Burgos fue el que me llevó. Le gustaba muchos las bochas. Ahí estuve 6 años.
Año 1973, con la indumentaria de Deportivo Sarmiento junto a Carlos “Pilo” Zaffora y Rubén Carricajo.
Una anécdota en la ruta
El “Nene” tiene un montón de anécdotas de sus viajes por el país. Nos contó una cuando se dirigían a San Nicolás, para participar de un campeonato. El auto era un Chevrolet Malibú de 4 puertas, propiedad de Colantonio. Por la crisis y la disparada en el precio de la nafta resolvió comprar un motor Indenor 6 para transformarlo en gasolero.
“No me olvido nunca más. Colantonio ya había jugado el Mundial que se hizo en el Luna Park. Manejaba yo y no me habían dicho nada del cambio de motor. Cuando llegamos al puesto policial de Junín el agente que me detuvo me pidió los papeles y se dio cuenta de la anomalía”, relató Arce.
Los hizo desviarse a la banquina y, además de preguntarle hacia donde se dirigían, los indagó sobre cuestiones personales como profesión, etc. “Al llegar el turno de Colantonio, le dijo ‘yo soy jugador de bochas’, a lo que el oficial le respondió ‘ja ja, lindo oficio el suyo’.
Colantonio, algo ofuscado, le espetó ‘usted es policía y qué. Otros juegan al fútbol, al básquet, ¿por qué yo no puedo jugar a las bochas? “Yo pensé, ahora estamos en el horno”, recuerda el suarense.
A todo esto el agente llamó a su superior. ‘Acá me dicen que usted juega a las bochas. ¿Se puede saber quién es?’. Colantonio se identificó. ¡Colantonio! ¡Pero si yo lo escuchaba a José María Muñoz (relator) cuando usted tiraba los bochazos en el Luna Park! “Por poco no nos invita a cenar”, rememora con una sonrisa el Nene.
Empieza su carrera fuera del distrito

En Saavedra le fue bien. Ganó muchos torneos locales y zonales. En esa época, según comenta Arce, había mucha rivalidad entre Atlético y San Martín, el otro club de la localidad. A propósito, la primera vez que jugó por plata (en realidad lo hicieron los de afuera) fue para el clásico adversario.

“Vinieron a pedirle permiso a Burgos, dado que los habían desafiado unos muchachos de Felipe Sola. Los hermanos Delgado. Tenían mucho campo. Muy gauchos, pero medio prepotentes. Tenían un boliche y jugaban bien a las bochas. Y jugaban por mucha plata”, señaló el ‘Nene’.

Era una cancha difícil, donde entre otros habían caído Colantonio y Petitti. “Nunca había jugado por plata. No me gustaba mucho. Hasta el ‘Negro’ Burgos fue a jugarse la plata por mí. Era partido y revancha, individual, parejas y tríos. Enfrenté mano a mano al mejor de los hermanos y le gané. En tercetos también le ganamos, por poco. Cuando era el turno de la revancha del individual, dijo Delgado ‘a este no le juego más. ¡Si me ganó arrimando en mi cancha! Si lo sacan jugamos’. No me dejaron jugar más”, recuerda Arce.

  • ¿Cómo se dio tu llegada a Tiro Federal de Bahía?
  • Mi mamá me avisó que me estaba buscando Colantonio. Yo estaba sorprendido. Arreglamos las condiciones y en 1987 me fui a jugar con él. Teníamos partidos los lunes, miércoles y viernes. Hice un sacrificio importante. Me comía 4 horas de colectivo para ir y otras 4 para volver. Tuvimos 3 años exitosos. Primero junto a Lastes, después con Sabatini y también con Vidili.
  • ¿Por qué pasaste a Independiente?
  • Se fue Lastes y empezaron a mover los hilos para que también fuéramos para allá. Pasamos con Colantonio y estuvimos desde 1990 hasta 1995. Más tarde se sumó Roldán. A ese equipo lo desarmaron los rivales, porque de 10 campeonatos ganábamos 8. Y había que poner la plata, que siempre nos la llevábamos nosotros. Entonces dijeron los tres juntos no. Vino Ludueña, pero también era bochador. Faltaban más puntos y se disolvió el equipo.
  • ¿Qué pasó a partir de dicha situación?
  • Me quedé sin las bochas, que era una entrada de dinero significativa para mí. Colantonio, que estaba a cargo en Independiente, no quiso seguir. Entró otro tipo, no arreglamos y me quedé sin jugar. Tuve la desgracia que ese año fallecieron mi papá y mi suegro. A mí me agarró la ‘locura de los caballos’ y no quise seguir en la tapicería, porque era muy allegado a mi viejo. Me fui a trabajar a Vizental con mi señora y Marito (su cuñado).
  • ¿Un jugador de tu categoría sin club?
  • Estuve como seis o siete meses sin jugar en 1996. Tenía 3 Olimpia de Plata y era muy reconocido, pero nadie me venía a ver y yo me amargaba más. Por allá, un día levanto el teléfono y era Raúl Mozún, de 9 de Julio. Una persona que tenía un club particular, que no estaba afiliado a la Asociación. Pero le gustaba salir a jugar por plata. Lo tenía a Juan José “Pepe” Rocha con él. Arreglamos condiciones y me sumé.
  • ¿Cómo te fue en esta nueva etapa?
  • Mozún era la mano derecha de un empresario matarife de Buenos Aires. Le administraba 5.000 hectáreas de campo en Pehuajó. A los dos les gustaban las bochas. El empresario lo tenía a Ludueña en Buenos Aires. Nos juntaron a los dos junto a Rocha en Bochas 9. Se tuvo que federar. Ganamos varios torneos especiales y salimos campeones provinciales de tríos. No entrábamos en el Oficial, porque no nos jugaba nadie, pero nos reconocían como los mejores.
  • ¿Hasta cuándo siguió ese equipo?
  • Hicimos un equipazo y ganábamos en todos lados. Hasta que por allá un día se nos plantaron los adversarios y otra vez se desarmó un elenco. Además ocurrió una desgracia. A Pepe Rocha se le murió una hija de 5 años (pisó un cable de alta tensión después de una tormenta). Fue un impacto terrible.
  • Después te fuiste más lejos todavía
  • En Ramallo había una persona, Rubén Anciano, que tenía mucha plata. En su apogeo había llevado a Pepicelli y a Foco, jugadores de Córdoba de primerísimo nivel. Tenía una metalúrgica muy grande, donde hacían los caños de gas que llevaban para el sur. Tenía cáncer, pero la ilusión de él era que yo jugara un año para Defensores de esa ciudad. Según dónde era el torneo especial, viajaba los jueves o los viernes de acá. Primero hacia Buenos Aires y de ahí a Ramallo. Estando allá fallece Rubén, pero había dejado todo programado hasta fin de año. Junto a Rinaldi, un bochador medio desconocido, gané uno de los campeonatos más importantes de mi carrera deportiva. Fue en Vélez Sarsfield de Rosario. Participaron 300 parejas. El premio para el primero era de 5.000 dólares.
    Ficha personal
    Néstor Raúl Arce nació en Coronel Suárez el 16 de diciembre de 1955. Tapicero de profesión, está casado con Graciela Rosana Bruñini y es padre de tres hijos: Mariana, Gonzalo y Andrés.
La vuelta a Bahía Blanca y a la región

Del norte de la provincia en 1999 Néstor Arce bajó nuevamente a Bahía Blanca. En este caso para enrolarse en Kilómetro 5, donde estaba Julio Martínez, el cantinero histórico que estuvo con ellos en Independiente. También Pablo Spurio. Allí se quedó hasta 2002, lapso en el cual también llegó el cordobés Omar Scalerandi.

“En Kilómetro 5 ganamos el Oficial de tríos, el de parejas y también algún especial. Pero no era lo mismo. Lo que logré con Colantonio no lo hice con nadie. La pareja con César era tal para cual. Cuando lo empecé a ver jugar seguido yo decía: ‘si a este hombre le arrimo un poco, ya está. Le tengo que aportar lo que a él le falta’. Entrábamos a la cancha y yo hacía lo que él decía”, indicó Arce.

  • ¿Por qué dejaste de jugar en Kilómetro 5?
  • En 2002 se produce otra crisis económica en el país. Entonces el club no podía gastar la misma plata. Estuve hasta mediados de año, después del Oficial de tríos. Al poco tiempo me llama Mario Goy, un amigo de toda la vida que estaba en la comisión de Tiro Federal de Puan. Me vine. Estuve 3 años.
  • ¿Cómo resultó la experiencia?
  • Al principio tuve de compañeros a dos muchachos de apellido Álvarez. Y no pudimos con los de Tornquist, que en ese tiempo habían empezado a traer a jugadores cordobeses. Inclusive a Juan Pablo Urra. Un día me preguntaron qué hacía falta para ganar un campeonato y les dije que un bochador bueno. Desechadas algunas posibilidades por diferentes motivos, se sumaron dos: Jesús Arrieta y Rodrigo Catini, que era amigos de toda la vida e hijos de bochófilos. Y ganamos el campeonato. También conquisté, junto a Urra, el Provincial de parejas que se jugó en Pigüé.
  • Después fue el turno de Felipe Sola
  • De ahí me voy a 9 de Julio de Felipe Sola, con los Delgado. Uno de ellos, “Beto”, tenía un pibe de 12 años que pintaba bien. Entonces querían a un jugador que lo acompañara. Ahí fue cuando Lucas se hizo al lado mío. Hasta tuve la suerte que salió campeón provincial individual Sub 23. Lo adoro. Es como si fuera mi hijo. Estuve 7 años. Pero ahí ya las ganas iban mermando.
  • ¿Cuál era el motivo?
  • Siempre cuenta una anécdota que tuve con alguien no demasiado reconocido en Coronel Suárez, Armando García. Fue campeón argentino de pelota a paleta. Jugó con los mejores del país. Me gustaba mucho ese deporte y lo complementaba con las bochas. Tenía mucha afinidad con él. ‘Te voy a decir algo que algún día te vas a acordar’, me dijo. ‘Cuando el deporte que hacés y te dio tantas satisfacciones, en vez de disfrutarlo lo empezás a sufrir, ese es el día que no tenés que jugar más’. Y es la pura verdad. El hecho de competir en niveles inferiores te hace muy cuesta arriba jugar.
  • ¿Eso es lo que te ocurrió?
  • El nivel era muy inferior respecto de lo que me tocó en su momento con los mejores. ¿Sabés cuándo me di cuenta que ya no estaba para jugar con los de primer nivel? En el Mundial de Misiones, al que me llevó Colantonio en 2012. Estuve un mes practicando con ellos. Empecé a notar que no era el mismo.
  • Luego apareció Deportivo Sarmiento para repatriarte a Coronel Suárez.
  • Estoy re contra agradecido. Somos pocos, pero tenemos unos fenómenos ahí como el “Chato” Menna y Jorge Hermosilla. Todos son buenos, pero ellos son la cara visible de las bochas en Deportivo Sarmiento. Me encargo también de cuidar la cancha. Me ayuda mucho para ponerle más ganas. Pero soy sincero, me cuesta horrores practicar. Estoy mirando para la puerta para ver si viene alguien con el objeto de dejar el lugar cuando estoy jugando. Son muchos años.
Campeones argentinos de parejas en Salta: Néstor Arce, César Colantonio y Juan Carlos Etchepare, este último de Rojas.
Su participación y sus títulos en los Campeonatos Argentinos 
  • ¿Cuándo ganaste tu primer Campeonato Argentino?
  • En 1979 fue el año en donde salí campeón argentino por primera vez. Fue en Gualeguaychú, Entre Ríos, en el torneo de parejas. Tenía 23 años. Fui como suplente de Cabral y Lucero, de San Nicolás. Cuando estaba en Saavedra, en 1983, me llevaron con la selección a Córdoba, también de suplente. A mí me tocó entrar en la semifinal y en la final, dos partidos durísimos. En el primero, ante el local (Foco y Pepicelli, dos grandiosos jugadores), entré por Trellini cuando perdíamos 13 a 4 y lo terminamos dando vuelta 18 a 16. En la final se volvió a dar más o menos lo mismo, pero no nos alcanzó. Perdimos 18 a 16 con Santa Fe (Sosa y Fernández). Después Colantonio se enojaba porque Provincia no ganaba ni figuraba en los Argentinos.
  • ¿Qué es lo que pretendía Colantonio?
  • Un día se le plantó a Calequi, el presidente de la Federación. Le dijo: ‘nosotros tenemos al mejor puntero del país y no lo ponemos. Siempre vamos a jugar con bochadores. Así no le ganamos a nadie. No hay quien arrime’. Entonces Calequi le preguntó quién era el mejor puntero. ‘El Nene Arce’, le contestó. ¡Pero si juega de bochador!, retrucó el dirigente. ‘Sí, pero en Saavedra, donde es otra categoría’ volvió a insistir Colantonio. En Suárez y en Saavedra jugué de bochador o de medio. Empecé a jugar de puntero con Colantonio.
  • ¿Te transformaste definitivamente en puntero entonces?
  • Me fui transformando. Esto viene a colación de algo que una vez me dijo “El Cartero Rehm”, quien me vio desde los 8 a los 16 años. Luego de salir subcampeón con Provincia me agarró en el vestuario de Blanco y Negro y me preguntó qué era lo mejor de mi juego. Le respondí que el bochazo. Me miró a los ojos y me dijo ‘no, para mí vos sos un fuera de serie arrimando’.
  • Le terminaste dando la razón a tu maestro…
  • Me pusieron en el seleccionado, ya estando en Bahía Blanca, y ganamos 8 campeonatos argentinos seguidos: 4 de parejas y 4 de tríos. De 1988 a 1992 (en 1989 no se jugó debido a la crisis económica del país). Los títulos los ganamos con César Colantonio, los de parejas, más el santafesino Arístides Roldán los de tríos, con suplentes que fueron alternando. Entre todos habré jugado algo así como 64 partidos y jamás salí de la cancha. Anduve bien siempre.
Sudamericanos, Mundiales y la pelea con la Confederación

A lo largo de su carrera, Néstor Raúl Arce obtuvo 4 campeonatos sudamericanos, dos de ellos en la clasificación por equipos (Mar del Plata y Perú) y los restantes dos en tríos y parejas.  Pero además participó de tres Mundiales: 1991 en Suiza, 1999 en Sudáfrica y 2012 en Argentina.

Con la camiseta de la selección argentina. Arce ganó 4 sudamericanos con la albiceleste y jugó tres mundiales.

En relación a las copas del mundo, en Lugano (Suiza) el seleccionado nacional ocupó el noveno puesto. Se notó mucho la diferencia en las dimensiones de las canchas (más grandes allá) y el tamaño de las bochas (más chicas). “A pesar que antes del Mundial fuimos 15 días a practicar al club Regatas de San Fernando, no rendimos a la altura. Hicimos lo que pudimos”, sostuvo el suarense.

En Johannesburgo (Sudáfrica) el representativo albiceleste subió al tercer escalón del podio. “Ahí fue donde yo tuve el quilombo grande con la Confederación. Te pagaban el viaje, la comida y la estadía, pero no te daban nada por el mes que perdías de trabajo. Mientras los dirigentes se compraban cadenitas y perfumitos”, sostuvo.

Cuenta que el certamen terminó el domingo y recién tenían el pasaje de vuelta para el jueves siguiente. “El miércoles viene uno de los dirigentes y preguntó quién quería ir a hacer un safari. Yo tenía unos pesos pero a la vuelta se los tenía que entregar a Gonzalo (su hijo), que estaba en Buenos Aires. Así que les dije que no iba”, señaló.

A sus compañeros les aconsejó que lo hagan, porque esto se da una sola vez en la vida. “Los pibes empezaron a decir que si y cuando llegaron a Raúl Basualdo les dijo ‘si Arce no va, yo tampoco voy’. El “Negro” tenía plata. Ese gesto para mí tuvo un enorme valor. Nos dejaron a los dos en el club y se fueron de safari”, relató.

Una vez en Bahía Blanca, Arce se despachó con todo en declaraciones a La Nueva Provincia. “Eso me costó la continuidad en la selección. Basualdo también habló y le dijeron que si no se retractaba lo iban a suspender. Él era joven, mientras yo ya estaba hecho. Así que le aconsejé que se retracte”.

Su tercer Mundial fue en 2012, en Misiones. “Lo tomé como un premio a la trayectoria. Más de quien vino. Te digo con toda franqueza, si Colantonio no hubiese sido el técnico de la selección argentino, yo no iba. Quiso llevar a los que él conocía. Nos enfrentamos los dos argentinos en semifinales, así que salimos segundos y terceros”.

Una experiencia para el olvido
El viaje a China para disputar un campeonato internacional por invitación le trae un mal recuerdo al “Nene” Arce. El notable jugador suarense entiende que cuando los dirigentes le tomaron el gustito a poder viajar, empezó la debacle de las bochas.
“No tuvieron mejor idea que aceptar esa invitación. Al principio yo no quería ir. Pero me empezaron a dar manija con que era un privilegio. Aparte, con toda franqueza, no me gusta viajar en avión. Subo obligado”, señaló Arce.
El viaje fue una odisea para personas que no sabían otro idioma que el castellano. De Buenos Aires salieron para San Pablo, de allí a Los Ángeles, Tokio, Pekín y finalmente Xi’an.
“Los chinos ya habían ido a dos o tres mundiales y armaron este certamen por invitación. Nosotros no sabíamos ni decir papá en inglés.  En Los Ángeles buscábamos desesperados a alguien que sepa hablar castellano por el tema de la visa”, sostuvo.
Recuerda Arce que cuando llegaron al destino final se tuvieron que alojar en otro hotel, dado que arribaron el martes y recién la reserva estaba a partir del jueves. “Nos mandaron a un hotelucho. En la calle comían porquería, todo picante. Yo bajé 5 kilos en 10 días. Cuando cayeron los suizos, a quien conocíamos, les pedimos que en un papel nos anoten como se escribía masitas, café, etc.”.
En cuanto a lo deportivo, Arce señala que ocuparon el segundo puesto. “Perdimos la final con los chinos. Pero por lo demás fue una muy mala experiencia, olvidable”, dijo.
De todo un poco

– ¿Qué es lo que te dio el deporte de las bochas?

– Me dio la posibilidad de conocer a muchos amigos en todos lados, que siempre se acuerdan de mí. Esas cosas no te las regala nadie. Se ganan en la vida. En cambio no me dio un bienestar para mi familia. Siempre tuve mi trabajo, además mi señora siempre laburó. Me ayudaron a sobrevivir, pero no a darme algún lujo.

– ¿Qué es lo que te quitó?

– A los pibes míos más grandes, Mariana y Gonzalo, no los pude disfrutar. Me la pasaba viajando. Tampoco pude estar cuando se recibió mi hija. Al que más disfruté fue a Andrés, porque empecé a decaer yo. Estaba más cerca, no viajaba tanto.

– ¿Una satisfacción?

– Haberle podido devolver a mis padres con logros lo que ellos hicieron por mí. Cuando recién empezaba hicieron 20 mil malabares para acompañarme a todos lados.

– ¿El mejor equipo que integraste?

  • El que armamos con Colantonio y Roldán. Ese fue terrible. Ganador. Aparte nos llevábamos bien entre los tres. Con César tenía mucha confianza. Tengo afinidad. Podemos escribir un libro. No sólo con lo ocurrido adentro de la cancha, sino afuera.

– ¿El campeonato que más festejaste?

– El Argentino de Salta de 1988 fue el que más disfruté. Se me cumplieron un montón de sueños en lo deportivo. Era decir soy el N° 1 del país.

El “Nene” Arce con los tres premios Olimpia que obtuvo como jugador destacado de bochas en 1988, 1990 y 1992.
  • ¿Qué significado tiene haber ganado 3 Olimpia de Plata?Al principio no le di la importancia que tenía. Tuve un defecto muy grande en toda mi vida: no soy de leer. Agarraba el diario y leía todos los títulos. Por ahí si me interesaba una información, leía el contenido. La fiesta de los Premios Olimpia no tenía la difusión de hoy gracias a la televisión y demás. Cuando me nominaron la primera vez recuerdo que estaba en la cancha de pelota a paleta de Deportivo Sarmiento y los que estaban ahí me pusieron al tanto de la relevancia que revestía.
  • ¿Cuántas veces estuviste ternado?
  • Cuatro veces. El primero lo gané en 1988, el segundo en 1990 y el tercero en 1992. En 1991 lo ganó Arístides Roldán. En los tres primeros fui con Graciela (Bruñini), mi señora. En la última ocasión, como ella estaba embarazada de Andrés, concurrí con mi hija Mariana. Todos los eventos se hicieron en el Hotel Sheraton. Con 1.000 personas en el Salón Liberador. Una cosa fuera de lo normal. Me codeé con los mejores deportistas del país. Entre otras cosas, ahí la conocí a Gabriela Sabatini y me saqué una foto con el “Gigante” González (NdR: basquetbolista de 2,32m. ya fallecido). En la primera convocatoria, cuando voy a recibir el Olimpia, estaba esperando el intendente Domingo Moccero junto a su señora. Para mí fue una alegría terrible.
  • ¿Alguna anécdota que tengas de la fiesta?
  • En una oportunidad me tocó compartir la mesa con los ternados de polo. Esteban Bautista Heguy, Cambiaso y Ernesto Trotz, que había ido con una de las trillizas de oro. Muy simpática y muy agradable ella. Hablaban de polo. En una de esas, donde pude meter un bocado, les digo ‘ustedes jugarán bien al polo, pero equipo como el nuestro no tienen ni para empezar’. Entonces pararon la oreja y la trilliza me dice ¿de dónde sos vos? De Coronel Suárez le respondo. ‘Ah, eso es palabra mayor’ expresaron.
  • ¿Alguna otra?
  • Esta es una anécdota graciosa. El que iba siempre con nosotros era el periodista César Loglio. Para llegar al Salón Libertador se subía por una escalera. Había un ascensor que era para los muy famosos o el presidente si es que acudía. Me acuerdo que estábamos todos en el recinto y por allá se abre la puerta del ascensor. Entra Menem y al lado Loglio ja ja. Yo me preguntaba cómo puede ser j aja.
  • La mayor tristeza dentro de las bochas
  • En lo deportivo no he tenido. Adentro de una cancha nunca tuve un episodio desagradable. Salvo alguna cosita que me hayan dicho para ver si me ponían nervioso. Sí me costó mucho sobrellevar la pérdida de mi viejo. Era muy afín a él.
  • ¿Algo que no te agrade?
  • Me duele mucho que hoy nadie defienda lo que es nuestro juego. Están con el tema del raffa volo y el serbín.
  • ¿Y de quién es la culpa?
  • Los dirigentes de la Confederación Argentina de Bochas le vieron la veta para viajar. Esta gente viaja 3 o 4 veces por año a Europa. Y la plata sale de los clubes que no juegan. Cuando yo iba al Mundial sabía que iba a ganar muy de vez en cuando, porque no es nuestro juego. Te dicen que el raffa volo es el futuro. Que hagan una Federación aparte entonces. Pero no destruyan lo nuestro. No hay un dirigente que salga a favor de nuestro juego. Limardo (presidente) les dice que si votan su ponencia los lleva de delegados cuando viajen al exterior. Compró a la mayoría. No hay nadie que diga algo en contra.
  • Para ser jugador, ¿qué es lo que hay que tener y qué no hay que hacer?
  • Es como en todos los deportes. El jugador realmente bueno, nace. Después se perfecciona con mucha práctica. Un día, charlando en el vestuario de Blanco y Negro con Jorge Iturrioz, un amigo de toda la vida y un gran deportista de Suárez, me dijo que el más difícil era el golf. Entonces le respondí que eso era porque nunca había jugado a las bochas. Es que no sólo tenés que jugar bien y tener suerte, sino que jugás contra las canchas. El local, de 10 partidos te gana 9 u 8. Por el conocimiento del piso. Pasaron los años y Jorge se empezó a meter en la cancha de bochas y me dijo: ‘la verdad Néstor, si yo no lo veo a esto no lo creo. Es dificilísimo’.
  • ¿La llegada de la sintética cuánto cambió?
  • Con esto de la sintética se hizo mucho más difícil. Antiguamente, si bien las canchas eran más livianas o más pesadas, las bochas grandes caminaban mejor. El sintético, para mí modo de ver, hizo un desastre. O te dedicás al sintético o a la tierra. El problema que existen de las dos. Hay jugadores que pierden antes de entrar a la sintética.
  • ¿A vos cómo te influyó?
  • Yo me adapté mucho a la sintética. Tuve que cambiar la forma de arrimar. Antes lo hacía a cuerpo lanzado y me tuve que parar porque si hago como antes, las juego todas largas. No las puedo parar. Hoy me cuesta mucho la tierra porque hace 7 años que no practico ahí. Me cuesta arrimar. Son dos juegos distintos.
  • ¿Existe la posibilidad que los que no la cuentan puedan ir a practicar?
  • En Deportivo no se le cierra la puerta a nadie para que vaya a practicar. Otro de los problemas que veo es que nosotros mismos lo hemos hecho pobre a este deporte. La misma persona que no quiere pagar una cuota social, después se toma 2 o 3 cervezas.
  • ¿Hasta cuándo vas a jugar a las bochas?
  • Hasta que me dejen mi hijo y mi señora. Son ellos los que más me insisten que siga jugando. Si hubiese sido por mí ya hubiera cumplido la anécdota de Armando García. Cuando te empiezan a ganar los que no ten ganaron nunca, no te gusta. Esa es la realidad. Ahora a mí me ganan bastante seguido los que no me podían ganar antes
  • ¿Qué te genera que Andrés siga tus pasos?
  • Es lo más lindo que te puede pasar. Tener a un hijo en el deporte que a vos te gusta. Pero nunca obligué a ninguno. Para Gonzalo toda la vida su pasión fue el fútbol. Nunca le dije que venga a jugar a las bochas. Andrés de chiquito ya le gustaba. Iba con mi papá todos los días a la cancha. Recuerdo que en Ceres, Santa Fe, una ciudad donde se respira bochas, en una ocasión que fui a jugar pasé por una ferretería y vi 8 bochas de madera, chiquitas. Preciosas, de lapacho. Las compré para él. Todavía están en el patio. A veces vienen los amigos y se ponen a tirar. Cuando creció hizo sus amistades y empezó a jugar al fútbol. Lo hizo hasta que él quiso. Ahora con los años se entusiasmó. También se ha hecho medio dirigente, algo que es difícil porque hoy no se quiere comprometer nadie.
 Su época de futbolista y los centros al “Ruso” Schmidt
Si bien las bochas es su fuerte, Néstor Arce ha practicado otros deportes a manera de complemento. Uno de ellos es el fútbol, a pesar de que en su infancia su madre no lo dejó practicar por temor a que se rompiese una pierna, aconsejándole que siga con las bochas.
Entre otras cosas, cuando alumno de la Escuela N° 9, integró el equipo que ganó los intercolegiales dos años seguidos. Eran épocas del profesor Blas Rivas, quien era el encargado de la organización.
“Teníamos un equipazo. Estaban el ‘Gallego’ Fernández, el ‘Gordito’ Ochoteco (nos estará mirando desde arriba), Miguel Pekel y otros. Varios jugadores que después llegaron a la Primera división”, señaló el ‘Nene’.
En 1976, ya enrolado como jugador de bochas de Boca Juniors, por una invitación de ‘Tito’ López, quien trabajaba en el telégrafo (al lado del Correo), fueron a General La Madrid para participar de un encuentro de bochas, mus y fútbol.
“Eran todos veteranos y decían que no iban a aguantar. Yo escuché y le dije a Omar Rodondi que si tenían un pantalón de sobra iba de suplente. En el segundo tiempo se cansó uno y me dijo el ‘Pelado’ que ingrese. En ese partido convertí dos goles”, recordó.
Arce destaca que no era un buen jugador, pero tenía la característica de ser muy veloz. Cuando venían de retorno a la ciudad, uno de los directivos le dijo que lo iban a fichar.
“Me ficharon, jugué en la Reserva y salimos campeones. Entre otros eran mis compañeros Raimondo, Juan Carlos Arce, los Morante, etc. Jugaban en simultáneo con las bochas”, mencionó.
Al año siguiente lamentablemente se lesionó Horacio Farías y lo subieron a Arce a la Primera, con Héctor Saffores como DT. “Me di el lujo de jugar con el ‘Ruso’ Schmidt. Cuando me hice conocido en Bahía Blanca lo cargaba diciéndole: ‘vos te hiciste famoso con los centros míos’”.
A Arce lo empezaron a invitar cada vez con mayor frecuencia para los torneos especiales de bochas que se desarrollaban los domingos y no pudo seguir. Alcanzó a jugar alrededor de 6 o 7 meses.
Sin embargo su etapa de futbolista no quedó ahí. Vuelto a Blanco y Negro para jugar a las bochas, le consiguieron trabajo en la Cooperativa San Martín. Ahí fue que lo vio Luis Hermosilla, que era el DT de Rural La Ventura en el fútbol agrario.
“Salimos campeones los dos años que jugué. Tenían unos jugadores con unas condiciones bárbaras: Carlitos Seinger, que de grande fue arquero de Deportivo Sarmiento, el ‘Zurdo’ Córdoba quien era zaguero central y Horacio Leonhardt, quien legó a la Primera de Deportivo Sarmiento”, expresó.
Cabe señalar que cuando se jugó la final de la Liga Agraria, ese mismo fin de semana se jugó el Zonal de parejas en Laprida que lo ganó con ‘Raulito’ Güidale.
“El campeonato terminó al mediodía, se entregaron los premios y salimos disparando para Suárez. Llegué a la cancha de Blanco y Negro cuando estaban por entrar a la cancha. Jugué el partido y convertí un gol. Ahí terminé mi carrera de futbolista”, indicó.

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